CUENTO DE 6 NIVELES 
  Para que este cuento se pueda definir, hace falta que se  explique claramente su desarrollo antes de contarlo. Los elementos o niveles  fundamentales para su construcción son 6 y cada distinto nivel necesita ser  desenvuelto de manera adecuada para conferir ritmo entre los varios eventos,  así que el cuento pueda evolucionar armónicamente hasta el final. 
  Nivel 1 : (introducción y descripción del paisaje) 
  La llanura estaba quieta, árboles, arroyo, montañas, todo  pintado de tranquilidad, también las nubes se quedaban inmóviles en el cielo  terso 
  Nivel 2 : (presentación elemento céntrico del cuento) 
  Llegaron los hombres del cielo golpeando el aire con sus  largas alas... 
  Nivel 3 : (desarrollo imaginativo del contexto  situacional) 
  Por doquier el mundo se alegraba, las hembras del cielo por  primera vez estrenaban sus iridiscentes plumajes y exhibían sus adornos, 
  Nivel 4 : (motivación antropológica del contexto para  delinear el devenir de los eventos) 
  Cada 1000 años dejaban la Montaña para volver a la tierra y  nadar en el aire frío del claro revoloteando. 
  Nivel 5 : (despliego momento tópico y conclusión) 
  hasta que las estrellas hundieron del cielo rodeando el  claro mientras todo el mundo les daba las gracias rogándolas. Cuanta ternura y  amor allí donde las estrellas se mudaban en diosas. 
  Nivel 6 : (final) 
  En aquel mismo instante. 
  ¡Llegó el Demonio! 
  FIN 
  CUENTO DE 6 NIVELES REVELADO 
  Nivel 1 : 
  La llanura estaba quieta, árboles, arroyo, montañas, todo  pintado de tranquilidad, también las nubes se quedaban inmóviles en el cielo  terso, después que la brisa fatigada se deslizó abajo para descansar a la  sombra de los árboles seculares. 
  Ni un ruido, ni un olor en el aire permanecía suspendido,  nada que pudiera despertar los sentidos. El devenir se había quedado, el tiempo  se había quedado, él también esperando. 
  Nivel 2 : 
  Llegaron los hombres del cielo golpeando el aire con sus  largas alas... parecidos a ángeles reflejaban alrededor rayos de luz  mientras se acercaban al bosque. Bandadas de miles de almas trasparentes que se  aprestaban a mudarse en tornado silencioso al llegar a su destino. 
  Nivel 3 : 
  Por doquier el mundo se alegraba, las hembras del cielo por  primera vez estrenaban sus iridiscentes plumajes y exhibían sus adornos, miles  de palabras pegadas en cada pluma para no dispersar ni un solo momento de sus  extensas vidas y cada palabra se ponía a la espera ansiando precipitarse a la  tierra, buscando eléctricas memorias de otras existencias almacenadas por la  materia y el tiempo y confiando que volver al cielo es su destino. 
  El día más sagrado había empezado, mañana nada de lo  conocido permanecerá. Algo distinto evolucionará este mundo que por fin se  quedará silente, en espera que las bandadas vuelvan otra vez para donar el  «cambio». 
  Nivel 4 : 
  Cada 1000 años dejaban la Montaña para volver a la tierra y  nadar en el aire frío del claro revoloteando. Los hombres se pusieron al  exterior remolinando, mientras que las hembras se disponían centralmente en el  ojo de la espiral buscando con movimientos circulares la energía de un mundo. 
  Alrededor del claro (progresivamente expandiéndose), la vida  aniquilaba a lo largo de la superficie del planeta. Quedaron solamente ceniza y  polvo. 
  Durante todo el día inaudibles chillidos se llamaban al  suave aletear, mientras el huracán bondadoso desenvolvía hasta la vuelta  estelar. 
  Nivel 5 : 
  Por la noche las palabras ni siquiera pronunciadas se  mudaron en graznido, hasta que las estrellas hundieron del cielo rodeando el  claro mientras todo el mundo les daba las gracias rogándolas. Y flores de  cristal brillando subieron de la tierra para detenerse a mirar el encanto.  Cuánta ternura y amor allí donde las estrellas se mudaban en diosas. 
  Nivel 6 : 
  En aquel mismo instante. 
  ¡Llegó el Demonio! Y me come. 
  «Nunca más, nunca más sin contar las palabras que faltan al  final del cuento. ¡Y no valen las implícitas! o así creo, si no me equivoco... 
Ahora pero tengo un problema, ¡de verdad si estoy muerto,  como pude escribir el cuento!». .
     
     
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