La magnolia con las raíces floridas
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La magnolia con las raíces floridas
En la comarca de los Bosques Verdes hace tiempo ocurrió un acontecimiento por su natura tan extraordinario, que por un acto de responsabilidad profesional no me puedo eximir de compartirlo con estos niños deficientes.
Explicaré las circunstancias con total profusión de detalle, que a nadie pueda parecer algo de fantasía concebido por la imaginación de un viejo caracol atontado, que ni siquiera sabe dónde tiene que orientar sus antenas para encontrar la dirección de su guarida.
—¡Por favor, jóvenes, un poco de atención, dejad de comer hierba y silenciaos!
Los hechos de este suceso son muy claros. Al final de la estación de los cristales, sucedió que Zapatos Que Pasea Con Cuidado ha sido jubilado por el Departamento Forestal. Por un evidente mal entendimiento, en su lugar han contratado en la capital un nuevo guardia forestal sin valorar las efectivas capacidades operativas.
Así que el novicio a su primer encargo, puesto frente a un hoyo para plantar un ejemplar de Magnolia Grandiflora, incapacitado a determinar cuál sería la parte más oportuna de enterrar, ha resuelto delegando la elección a sus criterios estéticos poniendo las raíces arriba; de esa forma le parecía más funcional y definido el contraste obtenido con el vivido vacío azul de la escenografía de fondo.
Terminada la tarea, todavía se felicitaba a sí mismo por el alto efecto dramático (aunque minimal), expresado por la deslizante y retorcida desnudez de la intricada madera que arañaba el cielo.
No es necesario decir que la magnolia, pobrecita, no se encontraba tan bien con las piernas levantadas al aire, ni los caracoles que paseaban entre sus ramas, que improvisadamente se hallaron sin preaviso en la oscuridad bajo tierra buscando la manera de subir de esa pesadilla. Sin hablar del gnomo de cabecera que de inmediato se puso operativo para encontrar la manera de invertir el sentido de la linfa vital, la cual, justamente, como de costumbre buscaba alcanzar la copa enterrada. Todo eso, por cierto sin detener maldiciones respecto al autor de esta locura y como los demás saben, ¡maldiciones de elfos y gnomos no se pueden tomar a la ligera!
A pesar de todo, por el tiempo en que despiertan las marmotas, gracias a remedios y magia liberada por el pequeño hombre hadado, hoyas y yemas empezaron a brotar a lo largo de las raíces de la desafortunada magnolia.
Podría parecer inoportuno, pero estas yemas y estas hoyas han decretado fama y riqueza de «El Guardia Loco», eso es el nombre que le han puesto vivientes y magos del claro.
Por esos brotes le confirieron a la presencia del Gobierno Municipal, la más alta condecoración «por sus extraordinarios servicios y dedicación a la ciencia botánica», otorgándole La Yema De Honor, a decir de ellos, «por su gran intuición».
Desde entonces, en la región de los que andan muy erguidos, se habla de él como del padre putativo del raro ejemplar de Magicus Magnolia. Además, con sumo terror de los gnomos de cabecera, ese ínfimo abrigador de mentiras va proponiendo de rotar las plantas, pues quizá, por ganar consenso y entregarse a la política, o solo para cabalgar su desenfrenado ego galopante, sometiéndose a sus irrefrenables manías de grandeza.
Así declaraba sus intenciones inclinándose con modestia fingida a los aplausos de autoridades y lugareños: «Demasiado ordinarias y vulgares las copas verdes, cuanto diversamente refinada y poética la imagen de moldeadas colinas recubiertas de nudosas raíces floridas. Esperaremos el próximo año y volveremos a replantarlos a todos por otro lado», pontificaba el guardia forestal complacido por su nueva intuición.
Bien, parece imposible, desde entonces nadie jamás ha colocado árboles con las raíces en su correcto lugar, causando máxima decepción entre los pequeños hados. A consecuencia de eso, los que andan muy erguidos actuaron para conceder una nueva condecoración. ¡Esta vez a la memoria!
Ninguno sabe exactamente lo que ha ocurrido, El Guardia Loco ha sido encontrado bien a la vista plantado arriba al cerro, ¡clavado en el terreno cabeza abajo y piernas al cielo!
Los acaecimientos que han determinado lo sucedido no han sido aclarados, todavía en el reino de los elfos, en un tiempo que parece corresponder a los eventos de los que estamos hablando, se cuenta aún de un tal ailongaM Del Bosque, insignido recientemente de condecoración de honor por sus altos servicios a la botánica, y por su gran intuición.
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